Reseña de Alberto Torés sobre "Las Fuentes de la Providencia" en el periódico IDEAL
Detalle de la portada de "Las Fuentes de la Providencia"
Probablemente para quien no sea lector de novela, la exigencia no es
otra que hallar una buena historia narrada con buenas maneras. Podría decirse que
la novela es lo que las palabras despiertan en el lector.
La obra de Jesús Valentín García titulada "Las fuentes de la providencia
(Providence Springs)", tras "Saudado" (2011), "Todas las verdades sobre el coleccionista"
(2015) y "El cesto del bandolero" (2016), es una obra respaldada por una formación
libresca fundamental, un discurrir narrativo tan singular como cautivador que, a poco
que sea objeto de crítica (me refiero obviamente a la crítica sin ataduras) encontrará
un espacio dentro del complejo mundo de la literatura.
También parece oportuno resaltar la labor de la madrileña editorial Adarve.
Una novela que participa en partes iguales de sus placeres como lector y como escritor.
Hallaremos resonancias de la novela negra, del realismo mágico con esa ciudad ficticia
de Providence Springs, con una frase precisa, sugerente y expresiva a la manera del guión
cinematográfico, aunque, indudablemente lo más sorprendente y a la vez lo más efectivo
es enmarcar la historia en el tipo western.
No se engañe el lector, porque nada mejor que el marco tan paradójico y al
tiempo tan actual de la Norteamérica del lejano oeste para ir desgranando todo un
escenario de actitudes humanas, forjadas por la contradicción. En efecto, Las fuentes de
la providencia estructura una trama que en cierta medida configura dos caminos paralelos:
Un asesinato de una joven que debe resolverse por un sheriff que ha ido re-inventándose a
lo largo de los años y, en esta biografía enmarca toda una reflexión sobre los conflictos,
las miserias, la violencia que sería los rasgos propios de novela del oeste, pero al tiempo
bucea en ese otro prodigio humano que es la esfera del amor, la ternura, el cariño.
Puede afirmarse que la presencia o ausencia de tales sentimientos, sin duda
marcan la vida de nuestros protagonistas. Unos personajes magníficamente caracterizados
que tensan la cuerda del tópico para lograr una complicidad asombrosa con los lectores y
lectoras.
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